Ayer tocaba ir de compras, fuimos a comprar a kiabi. Viernes por la tarde centro comercial, que podía salir mal?
Nada más entrar en kiabi aquello estaba lleno de gente. Llevo bastante mal el tema de las aglomeraciones. Así que la cosa ya empezaba mal. La temperatura tampoco era agradable unos 25ºc, que sumados a la cantidad de gente que allí avía hacen que no se estuviera nada cómodo. Por suerte la música no sonaba como en las discotecas y se podía hablar.
Superado el shock inicial empezamos a buscar ropa para los peques de la casa. Había que separar con los codos a las otras personas y revolver entre montones y montones de ropa, aquello era peor que un mercadillo.
Las tallas o eran muy pequeñas o muy grandes, no estaban las etiquetas a la vista por lo que había que rebuscar entre las montañas de ropa la talla que te interesaba.
Cuando ya teníamos las camisetas que íbamos a comprar nos intentamos dirigir hacia la cola de caja. Por un momento creí estar en port aventura haciendo cola para el dragon kan. Por fin llegamos a pagar y pudimos salir de allí, lo mejor de todo es que seguíamos toda la familia junta, no habíamos perdido ningún niño.
Me sentía como un soldado huyendo de la línea de fuego, entre disparos y bombas de los enemigos. Al fin llegamos al coche y el silencio y la paz se hicieron. Nos miramos y dijimos nunca más!
Acostumbrados a hacer este tipo de compras online, acostumbrados a la comodidad de poder elegir la talla que quieres sin tener que escarbar, acostumbrados a comprar desde el sofá nos prometimos nunca más volver a tiendas como kiabi. Cuanto eche de menos todas las comodidades a las que nos tiene acostumbrados amazon.